Dossiê Malvinas: As Ilhas Malvinas antes da Guerra
Volume 4 | Número 42 | Nov. 2017
Por Laura Emilse Brizuela, do blog Pauta Global
Introdução*
Se ha perdido una batalla, pero no la guerra, se ha dicho y repetido muchas veces en la historia, en algunos casos hasta por vía de consuelo. Pero la expresión, como otras de la misma índole e iguales intenciones, revelan cierto estado de continuidad histórica y crítica. En la Argentina no hemos abandonado la idea de la recuperación de las islas Malvinas como vibrante y permanente objetivo nacional. Este culto ya ha cumplido con exceso 150 años de ininterrumpida vigencia. El pueblo argentino no abandona ni abandonará su tesis reivindicatoria y la reciente guerra ha exaltado esos sentimientos. Es con mucha frecuencia que escuchamos en nuestros hogares, en las calles y las plazas, talleres y mercados, en todo tipo de reunión o simple encuentro: Otra vez será. Los padres dicen a sus hijos, y los futuros padres lo repetirán a su debido tiempo. Yo no pude, pero mis hijos lo podrán. O mis nietos o mis bisnietos. Pero un día las islas volverán a ser nuestras. Nadie lo dude, ya hemos dicho. (Molina, 1995, p.196)[1]
Parte I: De geografia, economias e outras estratégias
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Relação das Malvinas com o mundo. Elaboração própria. |
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Plataforma Argentina. Fonte: http://www.elterritorio.com.ar/nota4.aspx?c=0989948472282109 |
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Ilhas Malvinas, Georgias, Sandwich do Sul e espaços marítimos circundantes. Fonte: http://heraldicaargentina.com.ar/3-TF-IslasGeorgias.htm |
El descubridor puede haber sido Américo Vespucio en 1502, o Esteban Gomes en 1520, o la expedición del Obispo de Plascencia en 1540. Lo que es realmente importante para este estudio es dejar en claro que “el hallazgo de las Malvinas fue hecho por los españoles, aunque falta determinar quién lo hizo”[4] (Campagna, 2014, p.28).
Esta plancha fue encontrada en 1775, por el piloto Juan Pascual Calleja, en una exploración a Puerto Egmont. Según cuenta en su investigación Paul Groussac, fue traída a Buenos Aires y guardada en los archivos del gobierno. Pero en 1806, luego de la toma de la ciudad en la primera invasión inglesa, alguien debió señalársela al general Beresford, quien la llevó a Inglaterra[5] (Campagna, 2014, p. 41).
Cuando por la gloriosa revolución del 25 de mayo de 1810 se separaron estas provincias de la dominación de la Metrópoli, la España tenía una posesión material en las islas Malvinas, y de todas las demás que rodean al Cabo de Hornos, incluso la que se conoce bajo la denominación de Tierra del Fuego, hallándose justificada aquella posesión por el derecho del primer ocupante, por el consentimiento de las principales potencias marítimas de Europa y por la cercanía de estas islas al Continente que formaba el Virreynato de Buenos Aires, de cuyo Gobierno dependían. Por esta razón, habiendo entrado el Gobierno de la República en la sucesión de todos los derechos que tenía sobre estas Provincias la antigua metrópoli, y de que gozaban sus virreyes, ha seguido ejerciendo actos de dominio en dichas islas, sus puertos y costas a pesar de que las circunstancias no han permitido ahora dar a aquella parte del territorio de la República, la atención y cuidados que su importancia exige, pero siendo necesario no demorar por más tiempo las medidas que pueden poner a cubierto los derechos de la República, haciéndole al mismo tiempo gozar de las ventajas que pueden dar los productos de aquellas islas, y asegurando la protección debida a su población; el Gobierno ha acordado y decreta:Artículo 1°: Las islas Malvinas y las adyacentes al Cabo de Hornos en el Mar Atlántico, serán regidas por un Comandante Político y Militar, nombrado inmediatamente por el Gobierno de la República[6] (…) (Arquivo Geral da Nação Argentina, 1829)
Senhor, é uma verdade e uma tristeza que as pessoas destas regiões não tenham ideia desse sentimento que nós chamamos de amor pelo país. A tarefa do governo é um trabalho e os cargos são considerados como uma classe de emprego feito para se enriquecer, uma sorte de licencia para receber propinas. Não há nem consistência, nem estabilidade, ou liberdade alguma nesta República Argentina. As revoluções destas gentes são insurgências. Seus saberes são as chicanas e o engano (chicanery and trick), seu patriotismo uma fanfarronice, sua liberdade uma farsa; uma tribo de índios bem organizada tem melhores noções de lei nacional, direitos populares e política interna[7] (Manning, 1925, p.135).
Las Provincias Unidas del Río de la Plata, como comunidad política independiente, reconocida por Gran Bretaña y otros estados, sucedió a España en los derechos territoriales de ésta en esa jurisdicción. Las Malvinas habían sido claramente patrimonio de la Corona española. Por lo tanto, dado que la soberanía española sobre las islas había cesado por la independencia de sus territorios en América, Gran Bretaña no tenía derecho a reclamo alguno, por derechos ya extinguidos[8] (Pearl, 1983, p.318).