Dossiê Malvinas: Malvinas en el siglo XXI

Volume 4 | Número 42 | Nov. 2017

Por Camila Bonetti, do Blog Sucesos Mundiales
Osmani Simanca, Cartunista.
Introducción
Luego de la década del ’90, período en que la relación entre Argentina y el Reino Unido respecto a Malvinas se mantuviera bajo el “paragua de soberanía,[1]” con la llegada de Néstor Kirchner frente al poder ejecutivo argentino en el año 2003 el discurso y la política exterior experimentarían un cambio significativo. Con el nuevo gobierno, la recuperación de las islas pasó a ser uno de los ejes estructurales de la política de Estado. En el discurso de asunción del mandatario proveniente de la provincia de Santa Cruz ya podían verse sus lineamientos al respecto: “Venimos desde el Sur de la Patria, de la tierra de la cultura malvinera y de los hielos continentales y sostendremos inclaudicablemente nuestro reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas.[2]
Tanto durante su gobierno como en los dos mandatos de Cristina Fernández, los jefes de Estado se encargaron, primero, de denunciar todos los acuerdos diplomáticos de los últimos años, como las licencias de pesca y la colaboración en materia de hidrocarburos. Una segunda estrategia tuvo que ver con la construcción de distintas alianzas multilaterales y declaraciones en variados organismos internacionales y bloques regionales con el objetivo de sumar apoyos al reclamo de soberanía. Con ello se buscaba ejercer presión sobre los británicos para sentarse a negociar.
En paralelo a los cruces diplomáticos y la nueva política llevada a cabo por Argentina, en el siglo XXI hubo otros hechos que agitaron el tablero de la cuestión Malvinas. Por un lado, el aumento de la exploración de pozos petrolíferos en la zona y el posterior desembarco de empresas británicas que comenzaron con tareas de explotación de crudo generó un fuerte rechazo de Argentina y consiguientes denuncias en distintos foros internacionales. Por otro lado, las constantes prácticas militares en Malvinas con tecnología de última generación que incluyeron el viaje del príncipe Guillermo a las Islas para realizar vuelos de entrenamiento como piloto de la Fuerza Aérea Británica, se sumaron a la confirmación oficial del gobierno británico de que durante la Guerra de 1982 se trasladó armamento nuclear en el Atlántico Sur[3].
En este artículo se realizará una descripción de los principales hechos relacionados a la cuestión Malvinas en el siglo XXI desde la política exterior argentina. Asimismo, se abordarán las reacciones de la diplomacia británica ante las medidas llevadas adelante por el gobierno argentino y sus respuestas políticas. En primer lugar se hará un recuento de esos principales cruces entre ambos países y el respaldo implícito de la Unión Europea al Reino Unido. En contraposición, se abordará la regionalización de la causa Malvinas en Latinoamérica y en distintos foros internacionales, los apoyos y las medidas que se concretaron. En una segunda parte se hará hincapié en la importancia del Atlántico Sur y sus recursos naturales, que culminaron con una mayor militarización de las islas y sus alrededores.

1. Políticas y cruces diplomáticos
La primera consecuencia de la nueva política exterior del gobierno argentino fue un grado de tensión cada vez mayor con el Reino Unido, que se opuso y respondió desde el primer momento ante cada movimiento de Argentina en el tablero de ajedrez en la cuestión Malvinas. Con este panorama, Néstor Kirchner tuvo que sortear distintos desafíos, entre ellos, como explica Camody, “la explotación indiscriminada a través de licencias de pesca otorgadas por la administración isleña, que llevaría a la escasez de esos recursos. También debería lidiar con la negativa de los isleños de permitir vuelos de bandera nacional hacia las islas. Finalmente, debió afrontar, a su vez, la incorporación de las islas como territorio de ultramar dentro de la Constitución de la Unión Europea.”[4]
Ante este panorama, el poder ejecutivo argentino comenzó por denunciar y poner fin a los acuerdos pesqueros con el Reino Unido[5]. Sobre ello se refirió posteriormente el entonces canciller Jorge Taiana:

La cooperación bilateral se vio gravemente afectada a raíz del reciente establecimiento, por parte del Reino Unido, de una nueva medida unilateral que constituye una forma de disposición ilícita a largo plazo de los recursos pesqueros en los espacios marítimos argentinos que, por estar ilegítimamente ocupados, se encuentran sujetos a la controversia de soberanía. Esta ilegítima medida se sumó a otros actos unilaterales británicos oportunamente protestados por la Argentina referidos, entre otros, a acciones de policía de pesca en el Atlántico Sur desde y fuera del área disputada…”[6]

El segundo punto que señala Carmody tiene que ver con la tensión bilateral que se produjo con el Reino Unido ante la negativa de Argentina, en noviembre de 2003, de autorizar a la compañía aérea LAN Chile 27 vuelos extras hacia Malvinas. La cancillería argentina solo autorizó 5 de esos 27 vuelos extras solicitados, que desde 1999 solo partían hacia las Islas desde Punta Arenas, ciudad ubicada al sur de Chile, con escala en Río Gallegos una vez al mes. Con el objetivo de negociar un nuevo régimen de vuelos, Argentina propuso el establecimiento de nuevos recorridos desde Buenos Aires y con una aerolínea de bandera nacional. Sin embargo, no hubo acuerdo ante la negativa argentina de incluir a los kelpers en las negociaciones.
Finalmente, en noviembre de 2006 Jorge Taiana reclamó formalmente ante la Unión Europea que se reconociera a las Islas Malvinas como un territorio cuya soberanía se encuentra en disputa con el Reino Unido. Esto sucedió luego que en abril de ese año se incluyera a las islas como territorio de ultramar del Reino Unido dentro de la Constitución de la UE, lo cual significa que ellos reconocen la soberanía británica de las islas, al menos implícitamente. El texto señala que esa inclusión “no se compadece con la existencia de una disputa de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido, que ha sido reconocida por las Naciones Unidas”, y recuerda los reiterados llamados de la comunidad internacional, las resoluciones de la Asamblea General de la ONU y de la Organización de los Estados Americanos que piden la reanudación de las negociaciones bilaterales para encontrar una solución pacífica y definitiva de la disputa.[7]
Sin embargo, publicaciones posteriores de la Unión Europea demuestran que los reclamos argentinos no fueron escuchados. Un documento del Departamento de Política Exterior de la UE en 2009 incluye a Malvinas (denominadas allí como Falkland Islands) dentro de los territorios de ultramar del Reino Unido. Asimismo, brinda interesantes detalles de la base militar allí instalada[8]:

Situada en la isla Soledad, la instalación militar británica en las islas Malvinas, es muy grande (…) la obra maestra es la estación aérea en Mount Pleasant, la cual fue finalizada en 1984 y se convirtió en base de operaciones al año siguiente. Esta tiene dos pistas de 2590 y 1525 metros de longitud, lo cual significa que es capaz de acoger aeronaves transatlánticas, incluyendo aviones civiles. Hay una estación naval para aguas profundas -llamada Mare Harbour- dentro de la instalación frecuentada por buques de la armada real que son usados para patrullar el Atlántico Sur. El buque de exploración Antártico de Gran Bretaña, el HMS Endurance, también usa la instalación durante sus expediciones. El número de personal ubicado permanentemente en la islas es de 340, no obstante, el número de personal temporario con base en el Atlántico Sur puede exceder los 1200. [9]

1.1 Regionalización y multilateralismo
En el ámbito internacional, la Argentina llevó adelante la estrategia de expandir el conflicto hacia la región, es decir, “regionalizar” la cuestión Malvinas, haciendo hincapié en que el avance del Reino Unido (la pesca, la militarización, la explotación de hidrocarburos, etc.) no solo perjudicaba a nuestro país sino a toda Sudamérica. Bajo esa premisa logró apoyos en distintos foros internacionales y obtuvo la firma de acuerdos bilaterales y foros multilaterales para tomar medidas concretas y visibilizar el reclamo de soberanía por Malvinas. Por ejemplo, en 2004 el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) emitió una declaración que respaldó la posición argentina[10]. Asimismo, la Cumbre Sudamericana de Jefes y Jefas de Estado, futura UNASUR, también ese año apoyó a nuestro país mediante otro comunicado. En 2005, la Cumbre de América del Sur-Países Árabes (ASPA) incluyó la cuestión Malvinas en su declaración anual al convocar a las partes al diálogo[11], y en el documento del Grupo de los 77 y China, también[12].
En el plano regional, las acciones concretas más determinantes tienen que ver con las declaraciones de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) del 26 de noviembre de 2010 y la de la Cumbre de los Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y Estados Asociados del 20 de diciembre de 2011. En ambos textos, los países miembros prohibieron que recalen en sus puertos barcos con bandera de las Islas Malvinas[13]. Es decir, a partir de ese momento los puertos de los países de la región se cerrarían a los buques pesqueros con bandera de las Malvinas que necesitaran realizar una escala para su reabastecimiento. La medida buscaba generar un impacto directo en la venta de licencias de pesca de los kelpers en el Atlántico Sur.
La relación entre ambos gobiernos se tensó hasta tal punto que el Primer Ministro británico, David Cameron, el 17 de enero de 2012 afirmó que los argentinos son mucho más colonialistas en sus actitudes hacia los malvinenses. Las repercusiones en la Argentina llegaron inmediatamente tras una reunión de las Comisiones de Relaciones Exteriores del Senado y Diputados donde adoptaron una declaración en repudio a las expresiones del mandatario inglés. Asimismo, días después, el 27 de febrero, tuvo lugar la Declaración de Ushuaia, donde todo el arco político reiteró la legítima soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas.
La Declaración de Ushuaia marcó un antecedente y señaló la unión de los distintos partidos políticos ante el reclamo. Como explica Bologna, el documento “advierte sobre la militarización e introducción de armas nucleares por parte del Reino Unido en una zona de paz; condena las acciones del Reino Unido en materia pesquera e hidrocarburífera; respalda la presentación de nuestro país ante la Comisión de Límites de Plataforma Continental de Naciones Unidas; insta a la Unión Europea a revisar los Tratados sobre países y territorios de ultramar (…); se vuelve a instar al Reino Unido a cumplir las resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas refrendadas anualmente por el Comité de Descolonización”[14].
1.2 Referéndum
A mediados de ese mismo año, otro hecho que generó más conflictos diplomáticos y que fue considerado por el arco político argentino como propaganda política, fue el referéndum llevado a cabo en Malvinas el 10 y 11 de marzo de 2013 donde se consultó a los isleños si deseaban o no mantener su status político actual como territorio británico de ultramar. El “sí” ganó con contundencia (98 por ciento de los votos), como era de esperar, y David Cameron y otros políticos se encargaron de difundir el resultado calificándolo como legítimo pese a que las Naciones Unidas no reconocieron el resultado.
En este sentido, Aramburu hace hincapié en la doble vara de los británicos. Por un lado, destacan la democracia y participación de los ciudadanos de las Islas, pero asimismo el gobernador de estas es elegido por la Reina, en Londres. “La llamada Asamblea Legislativa es parte del gobierno y es elegida; pero resulta que el Gobernador, el más fuerte, el que por la llamada Constitución de las Malvinas puede no hacer lo resuelto por la Asamblea (…) ‘si, a su juicio, sería correcto obrar así en interés del buen gobierno’ es mucho más poderoso como rama del (ilegal) gobierno de las Malvinas, ése es nombrado por la Reina”[15], explica.
Luego de la consulta, la entonces presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, desacreditó el referéndum al señalar que “es como si se hubiera votado en un consorcio de ocupas si seguían ocupando o no un edificio ilegalmente.[16]
2. Recursos naturales
2.1 Petróleo
Durante el mandato de Néstor Kirchner, el gobierno argentino protestó enérgicamente y en varias oportunidades ante el otorgamiento de licitaciones, por parte del Reino Unido, para explorar y explotar los yacimientos hidrocarburíferos en la zona en disputa. Ante la falta de respuestas de este acto unilateral británico, en marzo del año 2007 el canciller Jorge Taiana puso fin al acuerdo de cooperación bilateral en materia de hidrocarburos en el Atlántico Sur[17]. Esta Declaración Conjunta se encontraba paralizada desde el año 2000, sin embargo estipulaba que cualquier medida debía contar con el aval de la otra parte antes de ser adoptada, medida que no se estaba practicando.
Además de obtener distintos apoyos, como la Declaración Presidencial sobre Malvinas[18], Taiana expuso en distintos foros internacionales los motivos de esta decisión. En el discurso del 21 de junio de 2007 del canciller ante el Comité de Descolonización de la ONU que se destacó anteriormente, el funcionario denunció al Reino Unido por no respetar la Declaración Conjunta sobre actividades cosa afuera en el Atlántico Sudoccidental de 1995.
La exploración y explotación de hidrocarburos en la zona de las Islas Malvinas comenzó el 20 de febrero de 2010, con la llegada de la Plataforma Petrolera Ocean Guardian que fue trasladada desde el Mar del Norte. La empresa británica Desire Petroleum fue la primera en anunciar que había encontrado petróleo a los 3570 metros de profundidad y que el mismo no era económicamente rentable. Sin embargo, una segunda empresa, llamada Rockhopper Exploration, anunció el 24 de marzo de 2011 que había ubicado un pozo potencial de 250 millones de barriles de crudo comercialmente viable, teóricamente una reserva de alta calidad[19].
Asimismo, desde el año 2012 el gobierno británico transfirió al Gobierno de Malvinas 8,274 millones de libras para construir un fondo soberano destinado a futuras inversiones petroleras, incluyendo las de otros países interesados tales como Estados Unidos, Francia e Italia. Y el gobierno kelper proyecta la construcción de un puerto petrolero, en el islote Este para evitar rozar el continente[20].
Tras estos hechos, por un lado se aprobó a nivel regional la ya nombrada resolución de la UNASUR el 26 de noviembre de 2010 donde los mandatarios se manifestaron de acuerdo en impedir el ingreso de buques con bandera de las Islas Malvinas y también en informar al gobierno de la República Argentina sobre el cargamento de buques que llevan cargas destinadas al abastecimiento de las actividades hidrocarburíferas consideradas ilegales en aguas de las Islas.
A nivel interno, la Legislatura de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur aprobó el 25 de agosto de 2011 una ley conocida como “Gaucho Rivero” que prohíbe la ‘permanencia, amarre o abastecimiento u operaciones de logística en territorio provincial de buques de bandera británica o de conveniencia, que realicen tareas relacionadas con la exploración, explotación de recursos naturales, busques militares, dentro del ámbito de la cuenca de las Islas Malvinas sobre la plataforma continental argentina’.
Asimismo, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto envió una nota a la Bolsa de Valores de Nueva York y Londres denunciando a las empresas que estaban operando ilegítimamente en la plataforma continental argentina, y amenazando consecuentemente con aplicar sanciones[21].
En ese marco, en abril de 2015 la cancillería argentina y el Ministerio de Planificación Federal presentaron ante la Procuración General de la Nación una denuncia penal contra las empresas Rockopper Exploration, Falkland Oil and Gas Limited, Premier Oil, Noble Energy Inc. y Edison International SpA por realizar actividades de exploración de hidrocarburos en la plataforma continental argentina sin autorización de las autoridades argentinas correspondientes. Sin embargo, en paralelo la administración kelper anunció un nuevo descubrimiento petrolero que aspira a extraer crudo en 2017.[22]
2.2 Militarización
Bajo el mandato de Cristina Kirchner, el gobierno tuvo que enfrentar nuevamente a su par británico en este caso por los movimientos y ejercicios militares en las Islas Malvinas, que entre los años 2010 y 2015 se intensificaron. Mientras desde la Argentina todo el arco político expresó su repudio, desde el Reino Unido se encargaban de aclarar una y otra vez que solo se trataba de “ejercicios anuales rutinarios”[23]. Sin embargo, en varias ocasiones estos incluían disparos de distintos proyectiles y misiles.
Con el fin de obtener respaldo internacional ante estos hechos, el gobierno argentino logró distintas declaraciones de apoyo a los reclamos argentinos y el rechazo a la militarización de Malvinas. El G77+China, La Comunidad del Caribe (CARICOM), UNASUR, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), el Foro de Cooperación América del Sur-África (ASA), la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur (ZPCAS), la Organización de Estados Americanos (OEA), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), el Grupo de Río y MERCOSUR son algunos de los organismos y foros regionales que han emitido resoluciones de este tipo[24].
Por otro lado, en la conmemoración por el día del Veterano de Malvinas del 2 de abril de 2014, la presidenta realizó un acto donde denunció públicamente la militarización de las Islas y afirmó que allí se constituye una base militar de la OTAN en el Atlántico Sur, brindando números sobre la cantidad de efectivos militares que allí se encuentran, todos los sistemas de inteligencia electrónica que operan y las unidades presentes de la flota británica. Asimismo, señaló que “por cada ciudadano inglés están gastando 31.000 dólares al año en mantener una base a más de 13.000 kilómetros de distancia, en donde solamente está la Antártida y el Cono Sur”[25].
En este sentido, una publicación realizada por la Embajada Argentina en Londres de ese entonces, denuncia que el despliegue militar en Malvinas genera un alto costo para los británicos. “Mientras que el presupuesto anual de mantenimiento de la base militar declarado por el gobierno en 2013 fue de 67 millones de libras esterlinas, la cifra que surge del costo de fabricación o adquisición de los medios asignados por el Reino Unido al área operacional de Malvinas es sorprendente: más de 3000 millones de libras[26]”, subraya.
Consideraciones finales
En este artículo se hizo un breve desarrollo de los cruces diplomáticos más importantes, durante el siglo XXI, entre Argentina y el Reino Unido luego de un cambio brusco de la política exterior argentina en relación a la cuestión Malvinas tras una década de cooperación y cesión de soberanía. La búsqueda, por parte de los ex presidentes Kirchner, de concretar acuerdos regionales y multilaterales se sumó a un aumento extraordinario de la militarización del Atlántico Sur, factores cuya consecuencia resultaron en una mayor tensión entre las partes.
Además de los sucesos mencionados, ocurrieron dos hechos que demuestran la relevancia que tuvo la causa por las islas Malvinas para el gobierno argentino de entonces: por un lado, la creación el 19 de diciembre de 2013 de la Secretaría de Asuntos Relacionados a las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes en el Atlántico Sur, con el objetivo de fortalecer las acciones relativas a los derechos legítimos de soberanía en esa área en disputa.
Por otro lado, la creación a partir del año 2011 por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de los llamados ‘Grupos de Solidaridad con la Cuestión de las Islas Malvinas’. El primero se formó en México el 4 de abril de 2011, y luego se sumaron otros grupos en casi 80 países. Como se indica desde el propio Ministerio, “estos Grupos, integrados por personalidades de alto prestigio local y/o regional de los ámbitos académico, cultural y periodístico, buscan generar iniciativas que visibilicen y difundan la cuestión de las Islas Malvinas y contribuir a generar acciones que propicien el cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas referidas a dicha cuestión, especialmente la reanudación de las negociaciones sobre soberanía tal como ocurrió entre a fines de la década del ´60 y durante la del ´70”. Entre otras tareas llevadas a cabo, los Grupos de Apoyo enviaron mensajes al presidente del Comité de Descolonización de Naciones Unidas en el año 2012, como así también se celebró una reunión llevada a cabo entre el 5 y el 7 de febrero de 2013 en Londres entre representantes de 18 grupos constituidos en Europa donde se suscribió una declaración en la que los participantes llamaron a las partes a reanudar las negociaciones de soberanía. [27]
Cabe destacar asimismo que no solo la Argentina denunció al Reino Unido por la militarización, la exploración de petróleo y la pesca indiscriminada en la zona de las Islas Malvinas, sino también distintos tipos de organismos internacionales jugaron un papel importante. En la ONU, desde el Comité de Descolonización, donde Argentina cada año reclamó por su soberanía en Malvinas y que, incluso, contó por primera vez con la presencia de un mandatario, ya que Cristina Kirchner participó en el año 2013; variados bloques regionales de todo el Mundo expresaron su apoyo al llamado al diálogo por parte de Argentina y rechazaron la militarización y la exploración de hidrocarburos en Malvinas por parte de empresas británicas. Incluso, una ONG de desarme nuclear (Campaign for Nuclear Disarmament) denunció la presencia de submarinos británicos con capacidad nuclear y la militarización de las Islas[28]. Y finalmente la propia Unión Europea en un extenso informe señala a las Islas Malvinas como base militar británica con proyección de poder hacia el Atlántico Sur, la Patagonia y la Antártida. Sin embargo, del otro lado todos estos hechos han sido minimizados y negados sistemáticamente por el Reino Unido.
En esta línea, resulta importante hacer hincapié en el valor geoestratégico de las Islas Malvinas en el Atlántico Sur. No solo tiene llegada directa a la Antártida, sino también es una vía de acceso fácil para el Pacífico. Además, se encuentra entre las costas de Sudamérica y Sudáfrica y está rodeada de cuantiosos recursos naturales: minerales, agua dulce, pesca y petróleo. Es por ello, como se ha señalado en estas páginas, que el Reino Unido es reacio al diálogo.
Con el nuevo gobierno argentino, se redujo el tono de reclamo y se frenaron las acciones diplomáticas practicadas por los Kirchner. Sin embargo, continúan las denuncias por las incesantes prácticas militares de los británicos en las Islas Malvinas. Sin otros hechos de importancia desde el 2015, habrá que ver si el gobierno de Mauricio Macri cuenta con algún plan más específico en relación a Malvinas o si continuará, como hasta el momento, con un perfil bajo, priorizando las relaciones económicas con el Reino Unido como sucediera en los años ’90.
[1] En 1987 el entonces canciller Argentino Dante Caputo propuso al Reino Unido la ‘fórmula de soberanía’, que permitió normalizar los vínculos diplomáticos luego de la Guerra de Malvinas para avanzar en negociaciones bilaterales en materia de cooperación, pero con el acuerdo de reservar las respectivas posiciones de soberanía. Este pacto se mantuvo durante toda la década del ’90.
[2] Discurso del ex presidente Néstor Kirchner ante el Congreso de la Nación en su asunción frente al poder ejecutivo argentino, el 25 de mayo del año 2003.
[3] ”Malvinas: Londres admite que trajo armas nucleares al Atlántico Sur”. Artículo periodístico. Diario Clarín. 05-12-2003. Disponible en: http://www.clarin.com/ediciones-anteriores/malvinas-londres-admite-trajo-armas-nucleares-atlantico-sur_0_H1wxLl1l0Fe.html [sitio consultado el 12 de enero de 2015].
[4] Carmody, Patricio Mateo (2014). Política Exterior al Fin del Mundo. Argentina, Brasil y Chile en el Tiempo Democrático (1983-2010).CARI. Buenos Aires. Pp. 359 a 365.
[5] El 27 de marzo de 2007, a través de una nota firmada por el entonces canciller Jorge Taiana, dirigida a su par británica Margaret Beckett, se puso fin a la Declaración Conjunta del 27 de septiembre de 1995, la llamada “fórmula de salvaguardia de soberanía”.
[6] Extracto del discurso del ex canciller Jorge Taiana ante el Comité de Descolonización de Naciones Unidas el 21 de junio de 2007.
[7] “Reclaman a Europa por las Islas Malvinas”. Artículo periodístico. La Nación. 7 de noviembre de 2006. Disponible en: http://www.lanacion.com.ar/856492-reclaman-a-europa-por-las-islas-malvinas. Consultado el 29 de octubre de 2017.
[8] The status and location of the military installations of the member States of the European Union and their potential role for the european Security and Defense Policy (ESDP). Policy Department External Policies of European Parliament. European Communities, 2009.
[9] Traducción propia
[10] Declaración del Consejo de Ministros de la ALADI en su Decimotercera Reunión de respaldo a la República Argentina en la Disputa de Soberanía de las Islas Malvinas. Montevideo, Uruguay, 18 de octubre de 2004.
[11] Declaración de Brasilia de la Cumbre de Países Sudamericanos y Árabes (ASPA). Brasilia, Brasil, 11 de mayo de 2005.
[12] Declaración de Doha del G-77 y China. Doha, Qatar, 16 de junio del 2005.
[13] En la Declaración de la UNASUR, firmada en Georgetown, Guyana, los Estados “se comprometen a adoptar, de conformidad con el Derecho Internacional y sus respectivas legislaciones internas, todas las medidas susceptibles de ser reglamentadas para impedir el ingreso a sus puertos de los buques que enarbolen la bandera ilegal de las Islas Malvinas. Asimismo, se comprometen en el marco de los acuerdos internacionales vigentes, a informar al Gobierno Argentino sobre aquellos buques o artefactos navales con derroteros que incluyan las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur con cargas destinadas a las actividades hidrocarburíferas y/o mineras ilegales en la plataforma continental argentina y de este modo, prevenir o evitar que dichas actividades se consoliden”.
[14] Bologna, Alfredo Bruno (2014). “Malvinas: una política activa frente al Reino unido y la Comunidad Internacional”. En La Política Exterior de Cristina Fernández de Kirchner al finalizar su mandato. Universidad Nacional de Rosario (UNR) editora. Rosario. Pp. 15 a 47.
[15] Aramburu, Enrique (2014). “La utilización política de la consulta a los isleños por el Reino Unido”. En Repensar Malvinas, perspectiva histórico-jurídica. Seminario Permanente sobre la cuestión Malvinas. IV. CARI. Pp. 13-25.
[16] Extracto del discurso de Cristina Fernández de Kirchner el 12 de marzo de 2013. Discurso completo disponible en: http://www.casarosada.gob.ar/informacion/archivo/26381-acto-de-lanzamiento-del-plan-argentina-innovadora-2020-palabras-de-la-presidenta-de-la-nacion. Consultado el 8 de agosto de 2015.
[17] “El Gobierno puso fin a un acuerdo por hidrocarburos con el Reino Unido”. Artículo periodístico. La Nación. 27 de marzo de 2007. Disponible en: http://www.lanacion.com.ar/895074-el-gobierno-puso-fin-a-un-acuerdo-por-hidrocarburos-con-el-reino-unido. Consultado el 31 de octubre de 2017.
[18] Declaración Presidencial sobre las Islas Malvinas. II Cumbre de Jefes de Estado de la Comunidad Sudamericana de Naciones. Isla Margarita, Venezuela, 17 de abril de 2007.
[19] Bologna. Op. Cit. P. 38.
[20] Arnaud, Guillermo (2014). “Malvinas, Atlántico Sur y Antártida”. En Repensar Malvinas, perspectiva histórico-jurídica. Seminario Permanente sobre la cuestión Malvinas. IV. CARI. Pp. 39-55.
[21] Comunicado del 22 de marzo de 2012. Disponible en: http://www.mrecic.gov.ar/node/35001. Consultado el 30 de septiembre de 2015.
[22] Artículo periodístico. Clarín. 3 de junio de 2015. Disponible en: http://www.clarin.com/politica/malvinas-petroleo-petroleras-kelpers-batalla-legal_0_1369063221.html. Consultado el 15 de marzo de 2016.
[23] Algunos artículos periodísticos que dan cuenta de esto son, por ejemplo, el del diario La Nación titulado “Respuesta británica por la maniobra militar en Malvinas: Fue un ejercicio de rutina”, del 14 de noviembre de 2014. En: http://www.lanacion.com.ar/1743921-respuesta-malvinas. Consultado el 6 de junio de 2017.
[24] Entre los años 2010 y 2013 la CELAC realizó tres comunicados especiales y una declaración; El Grupo de Río hizo una declaración; la UNASUR realizó ocho declaraciones; el MERCOSUR cuatro comunicados y siete declaraciones; la Cumbre Iberoamericana emitió un comunicado especial; el ALBA dos comunicados especiales; el CARICOM un comunicado; el Grupo de los 77 y China emitieron cuatro declaraciones ministeriales; el ASPA incluyó el tema Malvinas en dos comunicados; el ASA emitió dos declaraciones; el ZPCAS dos declaraciones; y la OEA una declaración.
[26] “Diálogo por Malvinas, reflexiones y acciones desde la Embajada Argentina en Londres” (2014). Embajada Argentina en Londres. Pp. 175 y 176.
[27] Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina. Grupos nacionales de Solidaridad con la Cuestión de las Islas Malvinas. Disponible en: https://www.mrecic.gov.ar/es/la-cuesti%C3%B3n-de-las-islas-malvinas/grupos-nacionales-de-solidaridad-con-la-cuesti%C3%B3n-de-las-islas. Consultado el 1 de octubre de 2015.
[28] En la Resolución, la ONG “expresa su preocupación ante la decisión de enviar al destructor tipo 42 HMS Edinburgh al Atlántico Sur el 24 de septiembre de 2012 para patrullar las aguas ‘en apoyo a los intereses británicos’”, y que se encuentra “alarmada con la reciente decisión británica de incrementar la presencia militar británica alrededor de las Malvinas”.

Camila Eva Bonetti es argentina, licenciada en Periodismo de la Universidad de Palermo (UP) y maestranda en Relaciones Internacionales de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Su área de estudio académica es Malvinas en el siglo XXI y el papel del Reino Unido en el Atlántico Sur, mientras que actúa en periodismo internacional en las áreas de Europa y Medio Oriente. Contacto: camibonetti@gmail.com Blog: www.sucesosmundiales.wordpress.com / Facebook.com/
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